AUTORÍA
Los papeles conservados en el archivo de la Fundación (en concreto, el contrato de obra) mencionan a Pablo Sánchez como arquitecto del edificio junto con Gerardo de la Puente (quien aparece citado primero); este arquitecto es conocido por sus réplicas de los edificios administrativos para la compañía de ferrocarriles Madrid-Zaragoza-Alicante (M.Z.A.), por el primer proyecto para la estación de Atocha, de 1883, así como por los edificios de viviendas en la calle Atocha 89, 91, 93 y 93, de 1882. En estos últimos, de la Puente realiza un trabajo notable de conjunto, cuadruplicado a lo largo de los sucesivos edificios que sin compartir exactamente la línea de cornisa ni las impostas poseen el mismo tratamiento amplio de huecos elegantemente moldurados y decoración superior de cenefa. En los edificios de la calle Atocha, la cornisa con sus canes y su cenefa, así como los portales con tableros “a la pompeyana” y columnas de fundición, recuerdan inevitablemente ciertos elementos compositivos y constructivos del posterior edificio de la Fundación, aunque la estandarización de los ornamentos a finales del siglo XIX se hallaba bastante avanzada.
Además de estos dos arquitectos, los documentos de la Fundación mencionan la labor directora de Manuel Ruiz de Quevedo (quien probablemente supervisó las obras en gran parte), personaje cercano a de Castro y la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. Dado que los únicos planos firmados que poseemos son obra de Pablo Sánchez y que el dibujo de estos planos parece original y dado que se hallan fechados en 1891, podemos afirmar que la autoría pertenece a este arquitecto. Además, los planos del Archivo de Villa se acompañan de una memoria constructiva y una serie de certificaciones y notificaciones que no parecen dejar lugar a dudas (expediente 9-339-22); la memoria constructiva (que se refiere al edificio aún por construir) está igualmente firmada por el mencionado Pablo Sánchez, quien aún se encuentra a cargo de la obra a finales de 1892 (como sabemos por los informes que envía al ayuntamiento como “arquitecto director de las obras”; documentación del Archivo de Villa). Por otro lado, de la Puente ha firmado el contrato al igual que Pablo Sánchez, y sus otros edificios muestran alguna similitud superficial con el que ahora nos ocupa. Hasta conocer algún dato más sobre las vidas de estos arquitectos, no hay más remedio que admitir que ambos tuvieron que ver en la construcción del inmueble.
El edificio estuvo durante largo tiempo atribuido a Agustín Ortiz de Villajos, cuyo característico eclecticismo de gabletes goticistas no cuadra realmente con la sobria estética racional desarrollada en la sede de la Asociación, estética evidentemente condicionada por la especificidad característica de un programa cargado de significados y experiencias previas (ver capítulo siguiente) relacionadas con las actividades docentes y culturales impulsadas por de Castro.
ESTILO Y ASPECTOS CONSTRUCTIVOS
El edificio cuenta con gruesos muros de ladrillo apoyados de forma convencional sobre un zócalo de granito. Aunque su proceso constructivo y sus materiales son tradicionales, la galería de pilares de fundición que abarca dos pisos establece en el corazón mismo de la Fundación (es decir, en el gran patio trapezoidal) un marcado predominio de la arquitectura de hierro y cristal que aún a finales del siglo XIX era considerada como la expresión preclara de la modernidad en el ámbito de las construcciones urbanas (la eclosión del eclecticismo “haussmanniano” en el último cuarto del siglo XIX por Europa retardaría aún mas la normalización de las estructuras de hierro y cristal, y el Art Nouveau del cambio de siglo aún tendría que sufrir duros ataques por su desvergüenza al mostrar claramente el hierro sin revestir).
Las fachadas (delantera y trasera) del edificio y en general el lenguaje decorativo empleado (por ejemplo en la escalera de entrada) pueden calificarse de eclécticos, aunque el edificio resulta extremadamente original en el contexto madrileño por su perfecta conjugación de lenguajes tan distintos como el del eclecticismo, marcadamente académico, y el de la arquitectura del hierro, pragmático y atento a la naturaleza de los materiales, y que se muestra sin subterfugio alguno en el patio trapezoidal.
CARÁCTER
El edificio sede de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer fue edificado entre 1892 y 1893 para albergar adecuadamente las dependencias de la Institución, cuyos anteriores locales en la calle del Arco de Santa María y la calle de la Bolsa se habían quedado sucesivamente pequeños. El inmueble posee una fachada principal en la calle San Mateo 15, y una trasera y menos caracterizada que da a la calle de la Beneficencia, 16 (originalmente no había una entrada en esta calle pero más tarde fue preciso abrir allí una salida de emergencia). La realización de la obra fue rápida, aunque al parecer los arquitectos que firmaron los planos en 1891, Gerardo de la Puente y Pablo Sánchez, fueron relevados en la dirección de obra por Manuel Ruiz de Quevedo y Domingo Ortiz de Zárate, dos personajes personal y estrechamente vinculados a la Asociación.
En 1893, la nueva sede de la fundación estaba lista para ser habitada y fue inaugurada precisamente ese año por Manuel Ruiz de Quevedo, presidente de la Asociación desde la muerte del fundador. Aunque el edificio albergó desde el principio actividades varias como conciertos, exposiciones, entregas de premios, etc., las líneas seguidas se vieron incrementadas a partir de 1908 con la apertura de nuevas escuelas (de taquimecanografía, de correos y telégrafos, etc.). El edificio ha sido habitado ininterrumpidamente, dando cobijo con holgura a los cursos y eventos relacionados con la fundación; existe una interesante serie de documentos gráficos de la Belle Époque (fotografías de promociones de alumnos, recibos de las empresas contratadas o proveedoras de material, diseños de diplomas, etc.) que atestiguan tanto la naturaleza de las actividades de la Asociación como la importancia que se concedía en ella al decoro y la presentación.
El edificio fue dotado desde el principio de una serie de pasillos interiores de iluminación, conducciones de gas y canalizaciones (e incluso un montaplatos que conecta los tres pisos con las cocinas) que lo relacionan con la “arquitectura inteligente” del racionalismo francés (Labrouste) e inglés (Charles Barry) del siglo XIX, cuya estética también adopta en su disposición y en el aspecto de sus elementos compositivos. Fernando de Castro fue uno de los primeros intelectuales en preocuparse por el ambiente físico en que debía desarrollarse la enseñanza: luz, ventilación y espacio (la tríada de preocupaciones de los reformistas urbanos utópicos y después, todavía, del Movimiento Moderno); al igual que ocurrió más tarde con los edificios y actividades de la Institución Libre de Enseñanza, en el cumplimiento de los objetivos de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer el diseño arquitectónico y la elección del entorno no eran factores neutrales, sino que se contemplaban a través del filtro fenomenológico aportado por el “Racionalismo armónico” (es decir, el krausismo) que inspiraba a sus creadores y directores
Estableciendo una conexión significativa entre grupos de intelectuales, precisamente Ruiz de Quevedo prestaría en 1876 su domicilio de la calle Preciados, 74 para la reunión de creación de la Institución Libre de Enseñanza; una información no tan anecdótica como parece: mientras que la arquitectura ligada a la Institución ha sido estudiada y analizada numerosas veces, incluyendo las consabidas referencias a las relaciones con el krausismo, resulta sorprendente que nadie hasta hoy haya tomado nota de los valores de anticipación que demuestra en todos los aspectos la sede de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, cuya estructura y configuración se halla relacionada con las vidas y el pensamiento de tantos personajes celebrados y relevantes.
David Rivera
Profesor de Historia de la Arquitectura de la Universidad Alfonso X el Sabio y de los Cursos de Ai de la ETSAM de la UPM. Profesor de la Fundación Fernando Fernando de Castro-A.E.M.
La casa sede de la Fundación Fernando de Castro, guarda en su interior un importante conjunto de mobiliario característico de la segunda mitad del siglo XIX. Esta interesante colección procede originalmente del conjunto de muebles procedentes de la casa de Fernando de Castro y del amueblamiento original de las sedes sociales que recogieron la actividad cultural y docente del Rector de Castro. La colección de mobiliario docente originariamente procede de la primera sede de la obra de Fernando de Castro de la calle de la Bolsa de Madrid y el segundo conjunto fue adquirido en el año 1890 para la casa de la calle San Mateo. El conjunto de muebles se ha ido enriqueciendo con el paso de los años por diferentes legados de mobiliario y objetos originales del periodo de la Restauración. Cabe destacar el legado realizado por la familia Muñoz-Yusta, procedente de la antigua fábrica de Apolinar Marcos, así como algunas piezas que fueron propiedad de Su Alteza Real, la Infanta Doña Isabel Alfonsa de Borbón.
El conjunto de pinturas se enriquece con la incorporación de obras de diferentes autores que han expuesto en la Sala de Muestras de la Institución o de artistas que han colaborado en actividades programadas en los últimos años.
Se puede decir que el conjunto de las colecciones de la Fundación Fernando de Castro, recoge de forma significativa, de singular interés, la evolución del mobiliario docente y burgués desde la época Isabelina hasta principios de los años 30.
José Miguel Zamoyski de Borbón, Conde Zamoyski
Coordinador de Colecciones de la Fundación Fernando de Castro – A.E.M.
PRESENTE
En la actualidad la Fundación Fernando de Castro dispone de un amplio conjunto de estancias perfectamente restauradas que mantienen el concepto original del Interiorismo de finales del siglo XIX y principios del XX, albergando en su interior los distintos elementos mueble y objetos coleccionados a lo largo de todos estos años de historia. Estas estancias albergan actualmente la actividad fundacional. Entre estos espacios destacamos el Salón Principal destinado, en base, a impartir conferencias y clases magistrales, la Sala de Música donde se imparten clases y ensayos por parte de músicos miembros y colaboradores de la Fundación Fernando de Castro, así como conciertos de cámara. La Biblioteca y Sala de Estudio con la actividad propia de este tipo de espacios, Salón de Muestras destinado a exposiciones y el resto de los despachos y salas de continuo uso institucional.
Igualmente la Fundación Fernando de Castro cuenta con unas aulas en las que se imparte regularmente las clases según los programas, así como el Aula de Pintura.
El Patio Central de la Fundación Fernando de Castro es escenario de importantes actos culturales en colaboración con otras Instituciones.
En el año 2005 han sido realizadas unas importantes obras de restauración y rehabilitación de todo el conjunto arquitectónico inmueble de la propiedad de la Fundación Fernando de Castro. Las obras han sido dirigidas por el Doctor Arquitecto Luis Maldonado Ramos quien, con gran maestría, ha sabido conservar la atmósfera histórica del emblemático edificio de la Fundación Fernando de Castro; recuperándolo asimismo para seguir manteniendo sus actividades sin perder su historia.
Martín Gonzalez Guerrero
Secretario de la Fundación Fernando de Castro – A.E.M.